8 de noviembre de 2013

Historia y origen de la pólvora





La pólvora, es un polvo explosivo, y de hecho el primer explosivo conocido, utilizado principalmente como propulsor de proyectiles en las armas de fuego y con fines acústicos en los juegos pirotécnicos, la cual consiste en un combustible que sería el carbón, un oxidante y el azufre lo cual produce una reacción estable. Una mezcla de pólvora común contiene 75% de nitrato de potasio, 15% de carbono y 10% de azufre.

En cuanto a su origen, no es muy claro, su invención es atribuida habitualmente a la China antigua, como uno de sus cuatros grandes inventos, incluyendo la brújula, el papel y la impresión; aunque también se considera que la pólvora fue un invento de los árabes. De todas maneras, fue inventada entre los siglos VII y IX, y seguramente, como ha ocurrido con otros inventos, pudo haber surgido de manera simultánea en ambas culturas.

En China, se cree fue inventada por alquimistas (los alquimistas eran los químicos de la época, ellos creían que podían alcanzar un estado espiritual más elevado si lograban modificar su ser interior a través de la transición de metales). Ellos encontraron la pólvora de manera accidental ya que en realidad lo que buscaban era el elixir de la vida eterna. Se dice esto porque la primera mención de la pólvora data de 142 d.C., durante el reinado de la dinastía Han, un alquimista chino llamado Wei Boyang escribió un libro llamado "El libro del parentesco de los tres" en el cual advierte acerca de la mezcla de tres polvos que “volaban y bailaban violentamente” cuando se encendían. Esto lo hizo porque los alquimistas taoístas en su búsqueda del elixir para la inmortalidad y sus diferentes experimentos provocaron muchos incendios y explosiones. Esto puede significar que los chinos inventaron la pólvora mucho antes del nacimiento de Cristo, pero los escritos son demasiado esotéricos para dar evidencia creíble porque además no hay más información acerca de este polvo disponible en sus escritos.

Sin embargo, suponemos que se refiera a la pólvora, ya que ningún otro explosivo a partir de tres polvos era conocido en el mundo en ese momento. En principio, la pólvora negra se obtuvo mezclando azufre, carbón vegetal y salitre (nitrato de potasio). El carbón se obtenía de los sauces, aunque pasaron a usarse también plantas como la vid, el avellano, el laurel y el saúco, entre otros. Al moler bien los ingredientes y mezclarse, se obtenía un polvo llamado “serpentina”. El proceso de la creación era complicado y riesgoso de manera que los alquimistas tenían que agregar algunos líquidos para minimizar el riesgo de incendio. Luego se dejaba secar la mezcla y se formaban perlas o pequeñas bolitas.

Pero los investigadores están en terreno más firme con Zhenyuan Miaodao Yaolue, un trabajo de la Dinastía Tang que data del 850 d.C. Para el siglo VIII durante la dinastía Tang ya se había establecido una fórmula para la pólvora. Los chinos utilizaron principalmente la pólvora negra con el fin de crear fuegos artificiales, utilizándola en las celebraciones más importantes y señales como luces de bengala e incluso usándola en armas rudimentarias para asustar a sus enemigos, como por ejemplo cuando inventaron las granadas de mano sencillas, que se arrojaban al enemigo usando una catapulta. También hicieron rifles rudimentarios rellenando palos huecos de bambú con pólvora. Rellenaban con pólvora un extremo y ponían una bola de metal en el otro. Encendían entonces la pólvora, que estallaba e impulsaba la bola de metal a una velocidad que podía ejercer un daño considerable a un soldado enemigo. Los rifles y cañones de hierro no se inventaron hasta el siglo XII.

En cuanto a los árabes, algunos investigadores los atribuyen como los inventores de la pólvora, la cual fue inventada entre los siglos VII y IX. Se dice que fueron los primeros en darse cuenta de la importancia del nitrato de potasio en la potencia o efectividad de la pólvora con fines explosivos y militares. También se piensa que la pólvora se introdujo y se difundió en Europa en el año 1200 procedente del Oriente Próximo por los persas y los árabes. Otros afirman que Marco Polo fue quien la trajo a este continente.

La primera referencia de la fabricación de pólvora en Europa se encuentra en un documento del fraile Roger Bacon llamado la “Epístola de secretis operibus Artis et Naturae, et de nullitate Magiae (ca. 1250)”.

El verdadero uso militar de la pólvora vino dada por la interacción de este producto con las necesidades Europeas. De hecho, como resultado de esta interacción llega el invento del cañón, igualmente controversial en sus orígenes, cuya primera referencia formal data del año 1313. Se dice que el monje alemán Berthold Schwarz fue la primera persona en utilizar esta sustancia con el fin de lanzar un proyectil, aunque también los árabes empezaban a utilizarlo con este propósito, tal caso es el de la Península Ibérica según corresponden las crónicas del rey Alfonso XI de Castilla en la cual está escrita que esa fue la primera vez en utilizarse la pólvora con fines militares.

El uso militar de la pólvora pasó de China a Japón y a Europa en donde jugó un papel muy importante en el equilibrio de poder que se establecería a partir de entonces. La historia registra que los primeros en utilizar los cohetes de pólvora en forma de proyectil fueron los chinos de la dinastía Song, probablemente a mediados del siglo XI. Para el año 1232 ya se conocía una especie de bombas voladoras utilizadas para defender la ciudad china de Kai’feng del avance de las tropas mongoles al mando de Genghis Khan quienes también las usaron contra los húngaros en 1241, batalla que se saldó con una completa derrota de los Húngaros.

Lo cierto es que la pólvora ya se fabricaba en Inglaterra en 1334 y que en 1340, Alemania tenía sus propias instalaciones para producirla. Además de que la primera vez en que se intento minar los muros de las fortificaciones se llevo a cabo en el año 1403 en el sitio de Pisa (Italia). Y para la segunda mitad del siglo XVI la fabricación de la pólvora ya era todo un monopolio del estado en la mayoría de los países.

La controversia para determinar a quién inventó la pólvora viene dada en parte porque la mayoría de los textos que se utilizan como fuentes para saber lo que ocurrió entre los siglos VII e IX son revisiones de siglos posteriores, como en el caso de escritos chinos que datan del siglo XVII.

Para los siglos XV y XVIII se despertó un gran interés en Francia ya que Luis XV era un fanático de los fuegos artificiales. Para esta época existían dos escuelas, la primera ubicada al norte del continente en la ciudad de Nüremberg y la segunda ubicada en Boloña, Italia, la cual era de los hermanos Ruggieri y era la más sobresaliente ya que su creatividad y efectos artísticos producían un mayor impacto sobre su clientela.

Para el siglo XIX, el francés Chertier agregó dos componentes químicos más a los fuegos artificiales: el clorato de potasa y el nitrato de estronciana, haciendo que los mismos produjeran diferentes colores como el púrpura en el cielo. Para la mitad de este mismo siglo se publicó en el Boletín de la Sociedad Química de París todas las combinaciones y fórmulas para producir fuegos artificiales y los diferentes efectos que producían determinados elementos. Fue así que lograr diferentes colores, tonalidades y formas se volviera común.

En todo caso, este invento ha sido parte importante de la historia de la humanidad, no sólo con fines bélicos. No debemos olvidar que antes de la pólvora no existían métodos eficientes para remover rocas y así permitir el desarrollo a gran escala de la minería. Además la pólvora permitió la construcción de grandes obras de ingeniería como túneles y canales. Más tarde, fue reemplazada por la nitroglicerina y otros inventos que fueron y son más potentes y eficientes. Por ejemplo, En 1886 Paul Vielle inventó un tipo de pólvora sin humo hecho con nitrocelulosa gelatinizada mezclada con éter y alcohol. Esta mezcla se pasaba por unos rodillos para formar finas hojas que después se cortaban con una guillotina al tamaño deseado. El ejército francés fue el primero en usar este nuevo tipo de explosivo, que no formaba humo y era mucho más potente que el anterior, y otros países europeos no tardaron es seguir su ejemplo. Muchas otras innovaciones se sucedieron en el campo de los materiales explosivos hasta llegar a la actualidad, pero sin duda la aparición de la pólvora en occidente en la Edad Media fue el acontecimiento más significativo, revolucionó las armas y obligó a que se repensaran todas las estrategias ofensivas y defensivas para el combate. Por eso se le considera uno de los grandes inventos de la humanidad,  impulsora en el desarrollo de nuestra civilización.


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